martes, 15 de octubre de 2013

Pisa, Lucca y cata de vinos y aceites en la Toscana



Antes de entrar al Duomo vimos la maqueta de toda la plaza y sus edificaciones.



El segundo día en Florencia, teníamos contratada una excursión, a primera hora de la mañana, para conocer Pisa, Lucca y ya por la tarde, una degustación de vinos y aceites en una fattoría toscana: Sardi Giustiniani, Colline Lucchesi. El tiempo no nos iba a acopañar, dado que el día amaneció muy nublado en Florencia y de camino a Pisa comenzó a llover. Al llegar a Pisa cayó un chaparrón y después la llovizna, con mayor o menor intensidad, nos acompañó practicamente toda la mañana y buena parte de la tarde. Primero estuvimos viendo una maqueta de la catedral, mientras otra guía local nos contaba en castellano lo que íbamos a ver...

 
Arcos con influencia musulmana.


La catedral medieval de Pisa, Santa María Asunta está ubicada en el centro de la plaza dei Miracoli. Es de estilo románico (llamado románico pisano), se inició en el año 1063 y se consagró en 1119 por el Papa Gelasio II. Lo que más llama la atención en su interior es un efecto especial similar al de las grandes mezquitas, con numerosos arcos de influencia musulmana. Su fachada es de mármol gris y blanco, con incrustaciones de mármol colorado. Su campanario es la famosísima Torre inclinada de Pisa.

Diversas vistas del monumental púlpito, una maravilla.

Impresiona su puerta principal, que es de bronce macizo. El interior de la catedral está revestido en mármol blanco y negro, con un techo artesonado dorado que muestra el escudo de los Médici. En la Cúpula hay frescos de La Virgen de la Gloria y los santos pisanos Orazio y Girolamo Riminaldi. Luce unas impresionantes columnas de granito procedentes de la mezquita de Palermo. Sin duda, lo que atrapa la mayor atención en su interior, aparte de los arcos de estilo musulmán, es el púlpito, de principios del s. XIV, obra de Giovanni Pisano, que sobrevivió al incendio que asoló la catedral. Se desmontó para su restauración y se volvió a reponer en 1926. Es una narración en imágenes, del siglo XIV, realmente impresionante, por su belleza. En sus placas curvas se esculpen los episodios más significativos de la vida de Cristo. Su estructura es poligonal. Destaca la presencia de cariátides, figuras esculpidas que simbolizan las Virtudes, en grandes proporciones (obra maestra de la estatuaria medieval). Y la adopción de ménsulas, en lugar de arcos para sostener el piso alzado. El sentido de movimiento está presente en todo el conjunto. Se considera que es la obra maestra de Giovanni y de toda la escultura gótica italiana.

Frente a la catedral, como en Florencia, el Baptisterio.

En la catedral pisana se conservan las reliquias de San Rainiero, patrón de Pisa, y la fragmentaria tumba de Enrique VII, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Detrás del altar mayor, 27 pinturas de los mejores pintores de la Toscana: Andrea del Sarto, El Sodoma y Domenico Beccafumi. En los altares laterales, pinturas del siglo XVI y XVII. Tras visitar la catedral fuimos a ver de cerca y fotografiar la famosísima Torre inclinada de Pisa, como los miles de visitantes de ese día. La Torre al igual que el Baptisterio también se encuentran en el Campo del Miracoli o Piazza del Duomo, al igual que un Camposanto.


Allí en el exterior, lo normal es hacerse una foto "sujetando la torre con las manos, o por el contrario empujándola," aunque son más los visitantes que intentan ponerla derecha... El célebre campanario se contruyó a partir de 1173, bajo el proyecto de Bonanno Pisano. Cuando estaban construidos los tres primeros pisos comenzaron sus problemas de estabilidad. A pesar de todo, la obra continuó y concluyó en 1350, alcanzando los 55 metros de altura. Su planta es circular, como las torres bizantinas, y consta de seis pisos de galerías con arcos románicos. Se remata con el cuerpo de campanas.




Frente a la catedral, el Baptisterio, con una recargada decoración externa, más propia del gótico y una cúpula poligonal. El Campo del Miracoli constituye el principal conjunto arquitectónico del arte románico de la Toscana.

Y de Pisa nos dirigimos a Lucca

Las murallas, muy bien conservadas.

Fachada de San Michele in Foro.
Fachada principal de la iglesia de San Frediano, del siglo XIII, en la parte baja emplea piedras del anfiteatro romano. En el frontón central, bonitos mosaicos.

La plaza del Anfiteatro, con un gran vivero al aire libre.

Rosas, potos, orquídeas, arces...

Todo tipo de bulbos holandeses.

Una espectacular glicinia en flor.

Engarzada por un recinto amurallado renacentista muy bien conservado, Lucca es una población unida a grandes nombres de la política o el arte como Napoleón o Puccini. Sus primeros habitantes fueron los etruscos, a los que continuaron los romanos. En Lucca se proclamó el primer triunvirato, formado por César, Pompeyo y Craso, de la que quedan algunos vestigios como la forma de tablero de ajedrez de la ciudad, o la elipse del anfiteatro hoy convertida en una preciosa plaza. Nosotros vimos allí, en esta plaza con forma de anfiteatro, un espectacular mercado de plantas, con todo tipo de bulbos, lirios, árboles frutales...

La Torre Cívica delle Ore, del siglo XII...

... luce desde 1471 el reloj más antiguo de Lucca

El palazzo Ducale.

En 1799 Napoleón  regaló Lucca a su hermana Elisa Bonaparte, en forma de ducado. Alrededor de la plaza del Anfiteatro, donde vimos este espectacular vivero al aire libre, se extiende la Città Vecchia, por la que es un placer perderse y callejear. Así recorrimos la vía Fillungo, una calle muy comercial, en la que se encuentra la iglesia románica de San Critoforo. Más adelante vimos la Torre Cívica delle Ore, del siglo XII, que luce desde 1471 el reloj más antiguo de Lucca. Tuvimos que comer un trozo de pizza al corte con un refresco porque el tiempo que teníamos no nos permitía sentarnos a disfrutar una comida en un restaurante, de forma relajada.  Todavía nos quedaba la degustación en una fattoría toscana. Y hacia allí nos dirigimos... diciendo adiós a Lucca.

Fattoría toscana: Sardi Giustiniani, Colline Lucchesi

Las vides...

A las puertas de la Fattoría Sardi Giustiniani.

La bodega.

Todo dispuesto para la cata.


Fotos de la saga de la fattoría Sardi Giustiniani.
En menos de  30 minutos estábamos ya en la fattoría toscana: Sardi Giustiniani para realizar una cata de aceites y de vinos. Primero contemplamos el paisaje de la toscana, sus viñedos... en esta ocasión con el ruido del agua... De nuevo algo de lluvia, cuando bajamos del autobús para la degustación de aceites y vinos en una fattoría independiente, en la colline Lucchesi.




Los aceites y los vinos.
Las mesas bien dispuestas. Nos mostraron su bodega y pasamos a un gran salón donde nos fueron presentando y comentando uno a uno los aceites y los vinos, que degustamos con queso, embutidos y panes de la Toscana. ¡Deliciosos! Los que quisieron compraron vinos y aceites, nosotros no lo hicimos por la molestia de tener que llevarlos en el avión, dado que no habíamos facturado el equipaje. 

Finalizada la degustación, regresamos en el autobús a Florencia, a la estación de Santa María Novelda, situada a pocos metros de nuestro hotel.

Por la noche habíamos quedado con nuestro amigo Paco para volver a cenar, más o menos sobre las 9,30 horas. Cuando callejeamos en busca de un restaurante (ya casi las 22.00 horas) nos encontramos con que en ninguno nos iban a dar de cenar. ¡Demasiado tarde para el horario de Florencia! Sólo nos quedaba la opción de un trozo de pizza al corte o bien un restaurante de cocina rápida, de una de las cadenas que todos conocemos. Este es un aviso para navegantes... en Florencia no siguen el horario español. Si quieres cenar en un restaurante te aconsejo salir sobre las 20.00 horas

Al día siguiente nos esperaba  oir misa en la catedral, visitar el museo de la catedral, el Museo Opera del Duomo, y la Santa Crosse, el gran panteón de Florencia, donde descansan los restos del genial Miguel Ángel, de Galileo, de Dante Alighieri, de Rossini... pero eso ya, será otra historia.

Primer día: Florencia, una ciudad hecha arte 

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